Inteligencia artificial propone plan millonario, pero pierde todo
Un joven estadounidense se embarcó en una aventura al intentar mejorar su situación económica, confiando en un chatbot para que lo guiara. Su nombre es Jackson Greathouse Fall, y decidió seguir los consejos de la inteligencia artificial a rajatabla, pensando que así lograría el éxito financiero que tanto deseaba.
La historia de Jackson generó un gran revuelo en las redes sociales, convirtiéndose en un experimento casi de la vida real. Comenzó con solo 100 dólares y estableció dos reglas básicas: obedecer a la IA y no exceder su presupuesto. Lo que debía ser un emocionante viaje terminó en desilusión.
Al seguir las recomendaciones de la inteligencia artificial, Jackson decidió crear un negocio de comercio electrónico centrado en productos ecológicos, un sector que está en auge mundialmente. Registró el dominio GreenGadgetGuru.com, pagó por un servicio de hosting y aprovechó herramientas automáticas para diseñar su logo y crear contenido. El objetivo: atraer un público comprometido con el medio ambiente.
Con su tienda lista, lanzó campañas en Facebook e Instagram, invirtiendo los últimos dólares que le quedaban. Pronto, las visitas comenzaron a llegar, impulsadas por la curiosidad sobre su experimento. De hecho, algunos pequeños inversores también se sumaron al proyecto, aportando unos cientos de dólares. Esto llevó a que su sitio web alcanzara, en teoría, una valoración de 26,000 dólares. Sin embargo, la triste realidad fue que no había ventas reales que respaldaran esa cifra.
El plan de Jackson, aunque atractivo en el papel, nunca se materializó. El negocio carecía de productos propios, no tenía un sistema logístico para la distribución y no implementó estrategias efectivas para convertir visitas en ventas. La tienda dependía más de la exposición mediática que de un flujo comercial sólido. Así, el entusiasmo inicial pronto se desvaneció, y el sitio terminó inactivo.
A pesar de la intensa cobertura mediática y la curiosidad generada, Jackson no logró la riqueza que la inteligencia artificial le había prometido. Su experiencia sirvió de lección sobre la importancia de contar con un modelo de negocio sólido y la necesidad de una estrategia clara para convertir interés en ganancias.